-Era Sábado en la madrugada, ya llevaba un mes en Antofagasta. Me levanto al balcón y miro el mar. Pasaban los ultimos pendejos ebrios caminando desde Avenida Brasil hacia el Mc donnald de la costanera. Entonces, se levanta, solo vestía mi camisa como pijama y se pone junto a mi a mirar el mar; Ya va un mes - susurra al oído y se aleja caminando hacia el baño.
Miro el reloj, es tarde, en 1 hora mas debo subir a La Escondida para empezar el contraturno. Fumo un cigarro mientras la escucho ducharse. No fue hasta ese momento que entendí lo que trascendia con esta mina.

Abruptamente, Rodrigo es interrumpido por un empujón; Santiago le salta encima y lo arremete contra el suelo...

-Hijo de puta, eres un maricón.
Rodrigo se deja golpear un poco y luego sostiene a Chago, hasta que este flaquea y cae sollozando.

-Dale Chago, sacalo de tu sistema. Por ti pongo la otra mejilla perro, pero esto es importante asi es que debes escucharme.

Santiago se para y camina con poca fortaleza a una roca junto al río, demolido por lo que escuchaba de su mejor amigo. Rodrigo decide continuar su relato de pie a las espaldas de su amigo y apoyando su mano en el hombro de Santiago:

Entonces suena su celular, ella no lo escucha, asi es que voy por el aparato y contesto:

-¿Aló?
-¿¿La señora Rosario??, es urgente necesito hablar con ella urgente, la estoy llamando desde la Clinica.
-Espere, ire por ella enseguida.

¡¡Rosario!!, ¡¡Rosario!! - Mientras golpea la puerta con fuerza - Sale de ahi, es urgente, te llaman desde la Clinica.

Entonces sale a toda prisa del baño con la toalla envolviendo su cuerpo y contesta angustiada:
-¿Aló?, ¡¡Nana María!!, ¡¡Nana María!! ¿que pasó?, ¿digame que pasó?
-Mientras escucho solo murmullos, entonces logro entender algo claro y preciso:
-"El chaguito está en la UCI ahora mismo"...

Entonces la mina se queda blanca, congelada, deja caer el telefono. Mientras todo parece correr en camara lenta, el teléfono golpea contra el suelo y se rompe en pedazos. Rosario entonces se deja caer sobre el pie de la cama arrodillada y sollozando.

Me acerco a ella y me inclino para preguntarle:
-Rosario, ¿¿que sucede??
A lo que contesta para mi asombro
-Es mi Hijo, ¡esta en la UCI!
Erguido nuevamente, quedo atónito y retrocedo unos pocos pasos.
-¡¿Tu hijo?!

Santiago escucha las palabras de su amigo, se pone de pie y camina por el lecho del Río alejandose...

-Entonces ahora entiendes por que aun la busco.
-¡¿Ahh?! - Rodrigo queda impresionado con lo que oye.
Saludos Argonautas...

Chago tenía muchos hábitos raros, pero ningún hábito mas raro que todo lo que involucrara a Rosario, un amor de hace varios veranos atrás. Mientras conducía a toda velocidad su auto, Rodrigo que había egresado de psicología, se entretenía analizandolo.
Cada vez que entraba a una curva, Chago fruncía el ceño y se ponía tenso, como descargando ira contra su automóvil.

-No has cambiado nada.- Dice Rodrigo mientras lucha por arrimarse algo y no salir disparado.
-¿Por qué lo dices?
-Aún expresas tus trancas con este pobre auto, ¿que ocurrió ahora?
-No lo sé, dormí una siesta en la tarde y ahí estaba, en mi sueño nuevamente.
-¿Todavía?, pero si eso fue hace mas de 3 años...
-No se que me pasa, desperté de golpe, conversé con mi vieja y lo siguiente que hice fue pescar el auto e irme lejos...
-Detente, ahí, entra por acá- lo interrumpe
-Pero por ahí vamos pal valle weon.
-Así es, tenemos que conversar, vamos para el viejo sauce que esta en El Molle.

Chago queda extrañado, pero decide tomar la salida.
-¡Afirmate weon, esta cuesta me encanta!
-¡¡¡Mientras no me mates weon!!!

Chago maneja con precisión el pequeño paso montañoso y sube a toda velocidad, entonces encara la recta y acelera pedal contra el piso.
-Me metí a un campeonato en Huachalalume, tengo que practicar...- Grita Santiago a Rodrigo
Rodrigo estaba intimidado por la intripidez de su amigo y responde a toda voz:
-CHAGOOOOOOO, WEON ME VAI A MATAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAR!

Finalmente llegan a su destino, Rodrigo abre la puerta de golpe y corre hacia un árbol a vomitar.

-Uff, ya no puedo seguirte el trote weon, estai loco.
-Tranqui perro, estamos sanos y salvos en tierra firme. De que querías hablar.
-La encontré weon, hace un año.- le contesta con el aliento entrecortado y agitado
-¿QUÉ? ¿UN AÑO WEON?, ¡UN AÑO! ¿y ahora me dices weon?. ¿Donde está?, ¿Porqué no me dijiste nada?
-Tranquilo weon, tranquilo. - dice Rodrigo mientras se pone de pie, se acerca a calmar a Santiago y empieza a recuperar el aliento.

Entonces ambos se sientan bajo el sauce y miran el cielo, estaba completamente despejado y había luna nueva, por lo que se veía hasta el mas mísero vestigio estelar. Entonces Santiago ve una estrella fugaz y pide un deseo en secreto. Rodrigo saca una cajetilla de cigarros y de esta, 2 cigarillos...

-Toma, fuma tu también. - le pasa el cigarro y se lo enciende.
-Y bueno, ¿piensas contestarme?
-Esta bien. La conocí en mi práctica, allá en Antofagasta...
-¿Antofagasta?, ¿que cresta hace allá?-interrumpe
-¿Bueno vai a escuchar o interrumpirme a cada rato?, necesito que prestes atención y escuches todo. ¿ok?
-Dale- contesta desganado chago.
-La cosa es mas o menos así:


Al principio no sabía que se trataba de ella, la conocí en la oficina central de la minera, en Antofagasta. Ella era la secretaria de la encargada de prácticantes del área de recursos humanos, me acerco y le pregunto:
-Disculpa, ¿la oficina de Lorena Andrade?, vengo para que me den a conocer los rasgos generales del proyecto.
-Si mira, ella no está, pero ¿cuál es tu nombre?
-Soy Rodrigo Quijanes.- Entonces empieza a buscar y da con un sobre a mi nombre.
-Te dejó este sobre con instrucciones y estas llaves...

Me entrega entonces las llaves de un auto de la empresa, las llaves de un departamento en Antofagasta y un plano de la ciudad. Comenzaba el lunes que seguía de aquel viernes.
Me comienza a explicar como llegar al departamento en el que tenía que residir los proximos 4 meses..

-Pero no logro entender nada- le digo y riendose, me dice
-¡Pero si es tan refácil!, a ver... ya es hora de almuerzo, mejor te acompaño y aprovecho de comer algo.

Viejo, que mina mas regia, te pasaste perro, se pone de pie y una piernas hermosas, como un metro setenta de estatura, peliroja, uff que cuerazo.
Vamos al estacionamiento y me muestra cual es el auto, entonces le paso las llaves y nos subimos. Me lleva hacia el lugar y comenzamos a conversar.
-¿Qué tal vida nocturna en Antofagasta?
-No muy entretenida, pero hay donde ir derepente...- nombra dos lugares, ni idea como se llamaban, en fin, me explica un poco con plano en mano y todo pero no logro entenderle..

-¿Y cómo llego?-rie nuevamente- nooo es que yo no tengo sentido de ubicación, mejor llévame.
-mmm, hoy no puedo, pero mañana podría ser, tendré que pensarlo. Tienes como 5 minutos mas de viaje para convencerme.-dice riendo.
-Entonces como de galán me sobran talentos, empecé a averiguar que cosas le gustaban y a hacerme el lindo.
-Ya llegamos.-detiene el auto y me deja frente a un edificio- aquí es.- me bajo y la fresca no se baja de mi auto.
-Mañana te lo traigo de vuelta-dice mientras se ríe por la ventana.
-Chuta, será po, supongo que eso es un sí entonces, te espero tipo 9:00 acá abajo. Un gustazo entonces emmm....
-Rosario, Rosario Carvajal.
-Un gustazo Rosario, mañana nos vemos.
-Cuenta con ello- guiñe el ojo y se va.
Saludos Argonautas...

Era otoño, de aquellos indecisos; no se sabe si son mas bien primaveras equivocadas de época o el anticipo de una gélida temporada.
Ya se acercaba el Invierno y venían muchos por primera vez en su vida...
Por primera vez sería adulto y terminaría de pretenderlo; por primera vez pasaría solo el invierno, sin desear compañía; por primera vez no haría absolutamente nada durante el día; por primera vez sus pretenciones de vida podrían comenzar a tomar un rumbo.

Comenzará el invierno entonces, pero su gélida garra no le afectará esta vez, pues su corazón hace un tiempo que yace congelado, ya no desea mas arrebatos ni ilusiones, ahora solo quiere tomar un respiro. Como un niño sin su nuevo juguete, sus intensas emociones fueron arrebatadas; un robo en su presencia, un robo público y casi permitido, presenciado y publicitado.

Una noche helada, a tan sólo un mes del invierno, Chago le pregunta a su madre;
-¿Por qué el amor hace tanto daño?
a lo que esta responde:
-No se puede vivir solo de amor Chago, pero si se puede sentir que se muere sin él.

Chago mira hacia el suelo, mientras camina hacia el balcón; están en el departamento de Tongoy, es de noche y alza su vista para mirar el mar quieto y ruidoso a lo lejos. Enciende un cigarro y de una gran bocanada traga su angustia mezclada con un poco de humo del incandecente tabaco. Siente frío y se refugia en su campera, encogiendo su cabeza entre sus hombros. Mira a lo lejos la península, llena de luces yodadas y luego busca en el cielo nublado una estrella. Siente aun una leve fragancia; recuerda uno a uno los distintos perfumes de las distintas incertidumbres que conoció en el pasado. Una a una las recuerda con nostalgia; acaba su cigarrillo, el cual lanza con fuerzas hacia el exterior del balcón. Decide tomarse un trago y salir aquel sábado por la noche; hace un llamado y queda de acuerdo con su amigo..

- Ya, a las 12 estoy alla, esperame en la herradura, nos vamos pal barrio inglés en Coquimbo.

Puntualmente lo espera Rodrigo, su amigo y al pie de la carretera en el frío. Se escucha a lo lejos un bramado. Era el auto de Chago...

-Ya viene a fondo este weon! - mientras se escuchaba los derrapes de su amigo...
Ya frente a este, Chago baja su ventana y saluda a su amigo...
-Buena Perro, hoy nos lanzamos a la vida o no?
-¡Por supuesto po master!, ¡pero primero, hay que calentar motores!, tengo un carrete de lujo en Serena, me llamó el care guagua recien, que está alla, ahi tomamos sus 2 minitas y nos vamos pa coquimbo po perrito.
-¡Ese es mi perro!, súbete rápido weon, que se nos hace tarde.

Rodrigo se mete con ánimo arriba del auto de Chago, y se saludan con un abrazo dentro del mismo. Chago acelera raudamente y se alejan en la neblina...
Saludos Argonautas...